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Este blog esta escrito por una mujer. Cómo toda mujer, del planeta Venus, soñadora y con gran imaginación. Quien solo intenta poner en orden las ideas que como mariposas aletean en su cabeza.

miércoles, junio 10, 2009

Historia de amor (Parte V)

Los siguientes días, nos volvimos más amigos, cada que podíamos nos la pasabamos platicando. Y siempre -al menos yo- tratabamos de coincidir en cualquier lado, al salir de la escuela, nos ibamos juntos y me pasaba a dejar a mi casa.

Yo en el salón solo tenía amigos hombres, nunca he encajado del todo con los grupos sociales entre mujeres, siempre se me han hecho o muy fresas o muy hipocritas... o muy ñoñas, o muy matadas... No sé, el chiste que siempre he sido del club de los CHICOS. Mis mejores amigos eran en ese tiempo David, Yovani -Sí Yovani con Y- y Andrés. Siempre andabamos juntos, excepto en el receso que cada quien se iba con su respectiva novia, incluyendome yo, que me iba con mi "novia" Sara (o al menos la mayoría me jodía con eso de que era lesbiana).

Pero un día de mucho sol, de esos que andas todo el día con sueño, a mis amigochos se les ocurrio hacer una "reta de fucho"; y como no tenía ni las ganas ni el humor de ponerme a ver como un monton de chicos corrian eufóricos detrás de un balón; me dispuse a sentarme en el barandal de un balcón del segundo piso a pensar en la inmortalidad del cangrejo...:D En eso estaba -muy concentrada por cierto- cuando sentí una voz junto de mi -"Me gustaria saber que es lo que piensas cuando te pones así tan seria"- Mi respuesta fue una singular sonrisa al darme cuenta de que mi acompañante era Leonardo.


-En realidad no pienso en nada. ¿Y tu que piensas?
-Yo, pienso en tí.
-¿Ah si? y que piensas de mí.
-Muchas cosas...
-¿Que cosas?
-Cierra los ojos y te digo...

Yo, como siempre, muy obediente -y esperando aquello que supuse pasaría- cerre los ojos y sonreí.

Pero lo que esperaba no pasó, solo sentí su voz en el oído diciendo: -"Pienso que eres más linda que esta flor..." Y al abrir los ojos, estaba ahí una bella rosa roja, me la dió contandome que -según él- la cortó de un jardín en donde, por meterse a robarla, unos perros lo salieron persiguiendo. Nunca supe de donde apareció esa flor, pues el no llevaba nada en las manos, y hasta el día de hoy no me ha querido decir; pero ese día me reí mucho, y él supo, que las rosas que a mí me gustan son las blancas.

Ese mismo día al salir pasamos a un campo que hay cerca de la casa, y ahí tirados en el pasto, huzmeando entre las nubes, comprendimos que estabamos hechos el uno para el otro.

1 comentario:

Zaai dijo...

Me gusto mucho lo que escribiste, y dejaste en mi blog que era parecido a lo que escribí bah, te hacia acordar a lo que escribias.
Un beso enorme !

pd: Decime tu nombre, asique no me dirijo a vos como "entre venus y marte" :)

Zai.



Un regalito precioso de Chío Padilla