La última y nos vamos!

No me quería quedar sin hacer mi última publicación del año, pues definitivamente el 2010 fue grandioso para mi blog, ya que fue mi libro abierto para que pusiera en él mis más profundos deseos y emociones. Y aprovecho también para agradecer a todos aquellos lectores que estuvieron compartiendo espacio virtual todo este año conmigo, gracias por volverse también parte de mi vida, gracias por dejarme entrar en cada uno de sus "rinconcitos virtuales" hasta partes inimaginables del mundo. Solo me resta decirles, que aquí, en Veracruz, México, tienen una amiga para lo que se les ofrezca, Dios los bendiga este año que inicia, y que, todos los que empezamos, terminemos este año... Saludos y bendiciones!!!

Pero bueno, en realidad mi publicación no tenía que empezar así, si no, decía más o menos así:

En una maquina, cada pieza es indispensable, todo se va acoplando hasta formar que la maquina funcione de la manera adecuada, cada engrane es una pieza fundamental... hay piezas pequeñas, otras grandes, algunas son de un material sencillo, algunas otras quizá de oro... algunas muy complejas, otras muy sencillas, algunas se ven tan hermosas, a otras nisiquiera se les puede encontrar forma... Pero cada una es indispensable para que la maquina marche de la manera correcta. Así pues, de igual manera cada uno de nosotros somos piezas fundamentales para que este sistema funcione, cada uno cumple con una función en esta vida,  y aunque pareciera que solo estorban, molestan, o sobran, cada pieza ya esta acomodada, para que todo funcione a la perfección.

A veces quisieramos cambiar a las personas, a los seres que nos rodean, pensamos que quizá, son muy malos, muy groseros, muy flojos, muy dejados, muy idealistas... etc etc... Pero debemos comprender que cada quien solo esta cumpliendo su función en este mundo, no solo cumple su función en su propia vida, si no que también influye en todo lo que está a su paso.

Quizá este año nos topamos, con alguien que nos hirió, nos ofendió, nos abandonó, nos sacó de nuestras casillas, nos humilló, con alguien que nos dió la mano y desapareció...con alguien que sin conocerlo nos brindó una sonrisa... Sea lo que haya sido, cumplió, e hizo que cumplieramos nuestra función... sin importar su caracter, su manera de ver la vida, su religión, sus ideales, su cultura, sus valores...y en todo caso, no debemos ni ofendernos, ni entristecer, ni llorar... solo debemos aprender la lección, y dejar que suceda...