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Este blog esta escrito por una mujer. Cómo toda mujer, del planeta Venus, soñadora y con gran imaginación. Quien solo intenta poner en orden las ideas que como mariposas aletean en su cabeza.

lunes, abril 27, 2009

Querido Diario...



...Domingo 22 de Febrero de 2009.

Despierto. Ya ha amanecido, y aunque aún no he abierto los ojos, la claridad del alba logra traspasar mis parpados. Afuera las gotas de lluvia centellean sobre las plantas, quizá ese sonido me ha despertado.


Se me hace casi imposible que esté lloviendo, anoche el cielo era infinitamente azul, teñido por un montón de estrellas, y toda la noche hizo calor.


Tras de mi, siento un movimiento, enseguida su brazo rodea mi cintura y puedo escuchar su respiración en mi oído. Es mágico, cómo algo tan simple te puede arrancar una perfecta sonnrisa. La lluvia ha tomado mayor fuerza y se logra escuchar como viene en aguacero a lo lejos, como un gran panal de avispas que se dirige justo hacia mi. Sin embargo, mi cuerpo empieza a sudar.


Abro los ojos y tardo unos instantes en obtener la visibilidad. Logro ver por una rendija de la cortina el cristal de la ventana lleno de gotas y el débil sol que intenta colarse a la habitación que aún se encuentra semioscura.


Nos acomodamos y vuelve a abrazarme, pero esta vez me dice -Buenos dias mi vida, ¿Sabías que te amo? La vida vuelve a robarme una sonrisa. No es necesario contestar, él sabe que lo amo y que sé que me ama. Al amor le estorban las palabras.


Intento desde lejos inutilmente, espiar por la ventana y ver si hay ropa afuera mojandose -ya casi estaba seca-. Cuando eres ama de casa, muchas cosas te roban el sueño.


Logro safarme de sus brazos y lentamente trato de bajar de la cama sin despertarlo. Me quedo sentada. Hoy debí haber amanecido en el puerto, en estas fechas se lleva a cabo la Fiesta de la Carne , casi todos los años voy, y cuando no lo hago me lamento mucho. Pero esta vez me siento tranquila, la lluvia aún no ha cedido.


Volteo a la ventana y bajo la claridad descubro la figura de mi hija en su camita. Como es su costumbre, toda sin cubrirse, me dirijo hacia ella y la cubro lenta y suavemente, pero al parecer el movimiento ha sido brusco para ella quien abre sus grandes ojos negros y me saluda con una sonrisa: ¡Hola mamita!


2 comentarios:

L.K.M.L dijo...

Muchas gracias por pasar por mi blog y perdón por no haber podido dejar mensaje antes.

Este escrito me ha encantado se me ha hecho muy tierno y hermoso.

Y sigo tu historia de amor, realmente me esta gustando bastante, espero que la continúes muuy pronto!!!

UN SALUDO!!

albertomejiav dijo...

No hay nada más hermoso en la vida que un hogar formado con amor, es un nidito de paz para descansar el alma, en dónde los hijos se recrean jugando con estrellas que guiarán sus vidas.



Un regalito precioso de Chío Padilla