Aquél lugar...

Fué un día de diciembre... tuve suerte que hiciera calor -no mucho- por que de hecho yo llevaba 2 sweters. El autobus nos dejó justo frente a un ingenio, no recuerdo el nombre, pero... curiosamente aunque a mí el olor de los ingenios me provoca un asco tremendo, el olor de éste, me pareció agradable... Caminamos varias cuadras derecho, luego a la derecha, luego a la izquierda,de nuevo a la derecha...

Poco a poco la civilización se iba quedando atras, mientras nos ibamos internando en unos campos, hermosos... todos verdes, el sol empezaba a despuntar de entre las montañas y su reflejo en los campos, hacía que brillaran con un verde hermoso todo lleno de rocío, mientras caminabamos, al viento hacía que la tierra polvorienta nos diera un baño completo de arenilla, y a mi cada vez me estorbaban más los sweteres.

-Aquí inicia- Escuche claramente, y las solas palabras se impusieron, pero cortas se quedaron cuando alce la mirada, y me encontraba frente a una montaña gigantesca -que en otro caso no me hubiese sorprendido- pero ahora provocaba cierta algarabia en mi ser.

Dejamos atras las últimas casitas y empezamos a ascender por un caminito empedrado, mientras nos sumergiamos en la penumbra de las sombras. Con mochila a cuestas comence muy valiente a subir... el camino formaba un zig zag de derecha a izquierda y luego de regreso, pero totalmente empinado, el bullicio se iba desvaneciendo, mientras que el silencio y el cantar del viento nos deleitaban cada vez más claramente. La bienvenida fué hermosa, pues aves y flores nos saludaban al pasar.

Apenas unos metros arriba mi respiración no me permitía continuar, y mis piernas sin hacer caso a mi cerebro se negaban a avanzar. Pacientemente mi compañía me permitió tomar un resuello, pero sin mucho tiempo me obligo a continuar. Anduve un poco más, pero me era imposible seguir. No creí que fuera tan dificil. Era una de pocas veces que se me hacía imposible que simplemente ya no pudiera!!! y obviamente pense en tirar la toalla... pero mi compañía, muy amablemente, me dió dos opciones: o seguir, o regresarme por el mismo lugar sola... y... mi voluntad pudo más que su amenaza... así que por mi propia voluntad, decidí seguir.. :D

El susurro del viento aumentaba, pero el calor y el aceleramiento de mi corazoncito también, estaba a punto del desmayo cuando a mi compañía, se le ocurrio pedir dos naranjitas de un arbol precioso... Naranjas dulces, las más dulces, jugosas y exquisitas que en toda mi vida había probado. Fruta bendita que sació mi sed, pero que definitivamente no calmaba mi temblor de piernas... :(

Pasaron un par de horas antes de llegar a la cima -que no era precisamente la cima, pero si la meta- Y en verdad, TODO VALIÓ LA PENA. 

-Te ofrezco todo lo que ven tus ojos...- me propuso irónicamente mi compañía, y creanme... era una propuesta tentadora; pues mis ojos no saciaban de ver aquel paisaje, casi cinco ciudades juntas, a mis pies, en mis manos, para mí sola. Una panorámica que sería imposible de describir en palabras, y que sólo quien ha tenido la oportunidad podría comprender. Dueños del momento y del lugar, conversando con el viento en el punto justo en donde dos mundos se unen. En la cúspide de la tierra, y en la entrada al cielo. Extasiada con aquella visión, en donde las palabras sobraban, y la vista no era suficiente para ver todo aquello...

Tan pequeña y a la vez tan grande, tan insignificante, pero la más poderosa en ese instante. Notando que soy una particula más, pero sabiendo que en ese momento, era la dueña del mundo... :D

La meta había sido lograda, el obstaculo había sido vencido, y el premio fué muy grande. 

Grabe con mi mejor camara el momento, y lo guarde en mi memoria, pero no había tenido tiempo de imprimirlo...