Dicen que las mujeres por naturaleza solemos ser chismosas, nos encanta platicar con las amigas y pasarnos los mejores chismes. No voy a decir que yo no soy así; pero definitivamente tengo mis limites. Aunque la mayor parte del día no estoy en mi casa, sí tengo tiempo de pasear un rato por mi jardín o salir a jugar afuera con mi hija, voy a la tienda a comprar algunas cosas, y es obvio que te topas con las vecinas.
En cuanto saco la nariz fuera de mi casita -y mas por las tardes- encuentro en manada, al montón de vecinas con sus sillitas, sus botanita y su bocota para platicar y platicar y platicar. No es algo que me disguste, digo... al fin y al cabo son sus vidas; lo malo es cuando traspasan mi espacio vital, y empiezan a los gritos:
-¡Hola vecina!... y ahora... esta usted sola.. y su marido??? ... Seguro le salio un imprevisto... -
Y yo con mi sonrisota... : -No... está en el turno de la tarde...
-Ah! entonces se quedará solita en la noche... uuhh! cuidado no sea que se le vaya a ir a meter alguien a la casa... (risas..)
-(Risa fingida mía) Andele...
-Ay vecina... se pasa... su marido tan lindo..!!!
Osea, si yo no dije nada!!! todo lo dijo ella... y así se hacen los chismes.
El punto, es que por más que trato de evadirlas e ignorarlas, se meten en mi espacio. Quiza yo exagero y le tengo mala voluntad a esas santas mujeres que no tienen nada más que hacer, que ver quien entra y quien sale. Quizá. O quizá ya lo traigo en los genes... mi madre me enseño que ese tipo de vecinas chismosas, solo buscan información que sacar, para luego ir a regar el chisme a toda la colonia; así es que a ellas, nunca les debes dar explicaciones de lo que haces ni por que lo haces, solo contestar con un "ajá", "a poco?", "mmm" ...
Pero bueno, a todo esto hay un problema: Resulta que cuando las veo tan platicadoras, tan divertidas, tan unidas... me dan celos, envidia o no se qué... y me gustaría mucho estar ahí con ellas, o ya de plano llamar en ese instante a mis verdaderas comadres. Tanto, que a veces pienso que soy yo la vecina amargada, a esa que todos ven como la gruñona y que hasta los niños le tienen miedo, y me gustaría cambiar mi forma de ser.
Pero hoy me enteré de algo que me dió risa: Las vecinas A, B, C, D, y F eran comadres inseparables, que se llevaban de maravilla; yo me llevo más o menos con A, y precisamente ella fué quien me contó. El chiste es que: B le cuidaba su hija a A, quien a su vez le hacía unos trabajitos a C, quien les vendía zapatos por catalogo a todas las demás, de las cuales F era una compradora compulsiva, pero muy mala pagadora. Al final B por cuidar la hija, también le quería cuidar y atender el marido a A, por lo que D se enteró y le platicó a C, quien no aguanto y le soltó la verdad a A, agregandole que D ni tenía de que hablar, por que ella también le andaba pintando el cuerno al marido, por lo que A fue a reclamarle a B, y D se enteró que andaban hablando de ella... y enojada fue a reclamarle a su agresora, quien en ese momento le estaba casi tirando la puerta a F, por que le debía un muy buen dinero por unos zapatos que le dió a vender, y ésta vendió pero se quedo con toda la lana. Y bueno, ya ni les sigo diciendo, por que ya hasta yo me enredé.
Lo interesante de todo, es que hoy estoy tranquila y digo: Realmente, más vale estar sola que mal acompañada, viviendo en mi pequeño mundito dentro de mi casa, con mi marido y mi hija, que con ellos, me basta y me sobra.
1 comentario:
Esas vecinas chismosas!!! Pero ese ratito de lio que risas que te has pegao eh jajaja me pasa mas o menos igual, lo que pasa que somos una vecindad muy joven y aun no hay grandes amigas unidas, pero poco a poco se hacen los lios. Un beso y perdona que estoy un poco perdida!!
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